La cultura como eje de la sostenibilidad

La cultura como eje de la sostenibilidad

19 noviembre 2021 0 Por Isabelle V.

‘The Fouth Pillar of Sustainability. Culture’s Essential Role in Public Planning’ (Jon Hawkes, 2001). Sin duda, se trata de una lectura obligada para todos aquellos que quieren saber más acerca de la sostenibilidad. En él se defiende que la cultura, una herramienta no incluida entre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), es un arma extremadamente poderosa para alcanzarla.

¿Por qué la cultura es el ‘cuarto pilar’ de la sostenibilidad?

Los ODS establecieron, en un principio, que una sociedad sana y sostenible debía construirse sobre tres ejes: la responsabilidad ambiental, la viabilidad económica y la igualdad social.

Sin embargo, según Jon Hawkes, los valores de una sociedad son la base sobre la que se construye todo lo demás. Y, como no podía ser de otro modo, dichos valores se expresan a través de la cultura. Un razonamiento de lo más lógico que deja en evidencia a los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, entre los cuales no está incluida. Sorprende especialmente teniendo en cuenta que no fueron pocas las propuestas presentadas en su favor.

Sin embargo, a lo largo de todo este tiempo se han elaborado multitud de propuestas alternativas. Por ejemplo, Alfons Martinell, uno de los más fervientes defensores de la inclusión de la cultura como parte de los ODS, cree imprescindible la creación de una ‘alianza de la cultura’ mediante la cual se establezcan medidas específicas para alcanzarlos.

Evidentemente, para ello, es necesario que el eje cultural se entienda como un cuarto pilar de los ODS y que se incorpore de forma transversal a ellos. Así los podrá enriquecer y aportar perspectivas para su desarrollo.

Ejemplos sobre cómo la cultura influye en los ODS

Sin embargo, el enfoque transversal de la cultura al que acabamos de hacer referencia puede no ser fácil de entender para algunas personas. Por ello, vamos a exponerlo a través de algunos ejemplos.

ODS 8 y las ciudades ‘Slow’

No perjudicar el medioambiente y, a la vez, estimular el empleo y la economía no es fácil. Especialmente, en aquellas ciudades que giran en torno al turismo o la industria. Sin embargo, esa es la meta que se fija el ODS 8.

Es ahí donde entra en juego el concepto de ‘Slow Cities’. En concreto, se trata de urbes cuya población no supera los 50 000 habitantes. Un tamaño muy reducido pero ideal para garantizar la calidad de vida de quienes residen en ellas sin perjuicio del medioambiente.

Las ‘Slow Cities’ se caracterizan por disponer de centros históricos peatones y completamente cerrados al tráfico. Esto hace que el ruido desaparezca casi en su totalidad y que los índices de contaminación se reduzcan ostensiblemente. Además, rechazan de pleno el turismo de masas y hacen girar su oferta en torno a la cultura autóctona y los productos elaborados en su tierra. En España, por ejemplo, ya hay 8 términos municipales con esta distinción.

ODS 11 y Medellín

El Objetivo de Desarrollo Sostenible número 11 hace referencia a la mejora del transporte público, a la elaboración de proyectos de urbanización extensiva y a facilitar el acceso a espacios seguros y zonas verdes. También hace referencia, aunque de forma más laxa, a proteger el patrimonio cultural de cada pueblo.

En este sentido, Medellín, una de las ciudades colombianas más afectadas por la violencia asociada al tráfico de drogas, es el mejor exponente de que, a través de la cultura, es posible alcanzar este ODS. De hecho, recibió en 2016 el premio Lee Kuan Yew World City Prize por ello.

Pero ¿cuáles fueron los motivos de recibir este premio? Fundamentalmente, el trabajo realizado desde 2004 con el propósito de construir una nueva ciudad en base a las alianzas políticas y sociales. Las inversiones en educación pública y cultura como factores determinantes de sostenibilidad, igualdad e inclusión también fueron muy importantes. El Parque Botero, el Centro Cultural Moravia y los ‘parques-biblioteca’ son los mejores ejemplos.

ODS 16 y la Fundación Barenboim Said

¿Un filósofo palestino y un pianista israelí uniéndose para conformar una fundación que luchase por un futuro de paz entre ambos pueblos? Pues sí, existe. Hablamos, como no, de la Fundación Barenboim Said, que fue creada por Edward Said y Daniel Barenboim y que, hoy en día, está formada por músicos árabes, israelíes y españoles. De hecho, España ha jugado un papel clave en su desarrollo.

Tiene su sede en Sevilla y su objetivo principal es “promover el espíritu de paz, reconciliación y diálogo a través de la música”. Sin duda, un exponente perfecto sobre cómo la cultura puede convertirse en el eje fundamental a través de los cuales transmitir a los ciudadanos los valores de justicia y paz tan necesarios para conseguir una sociedad sana y sostenible.

ODS 17 y Acclimatize

Moderna Museet, con el propósito de reflexionar acerca del cambio climático, desarrolló el proyecto Acclimatize. A su finalización acabó convirtiéndose en un ‘think tank’ repleto de ideas a partir de las cuales alcanzar la Agenda 2030 y los ODS. Un trabajo meticuloso y muy rico que, hoy en día, está considerado como uno de los más importantes al respecto.

No podemos olvidar que Acclimatize fue impulsado por una institución museística. Esto hizo que su eje central fueran los artistas, que a su vez suponen el mayor exponente cultural. Poetisas, cocineros, fotógrafos y bailarines, entre otros muchos profesionales del arte, dieron su enfoque al respecto a través de obras que quedarán para la posteridad.

Cultura y sostenibilidad, dos conceptos que van de la mano

Podríamos citar otros muchos ejemplos sobre cómo la cultura es un eje transversal de la sostenibilidad. Sin embargo, creemos que, con todos los que hemos aportado anteriormente, serás capaz de entender a la perfección a qué estamos haciendo referencia.

En definitiva, no se pueden entender los Objetivos de Desarrollo Sostenible si no es sustentándolos sobre el pilar de la cultura. Un elemento a partir del cual se desarrollan y difunden los valores que nos definen como sociedad. Así que, aunque no fuese recogida en un primer momento, parece evidente la importancia de tenerla en cuenta en mayor medida a partir de ahora. Solo así podremos construir un mundo mejor para nosotros y para las generaciones venideras.