ODM y ODS: ¿qué son y cómo diferenciarlos?
ODM y ODS. Bajo estas siglas se esconden una serie de objetivos marcados por la ONU y otras instituciones enfocadas a erradicar la pobreza y hacer frente al cambio climático, principalmente. Dos problemas que ya están marcando el presente de la humanidad y que, sin duda, van a ser claves en su futuro. Pero ¿sabes exactamente qué significan y qué diferencias existen entre ambos conjuntos de siglas? Aquí te lo vamos a explicar.
Los ODM: Objetivos de Desarrollo del Milenio
El año 2000 vino cargado de simbolismo. De hecho, supuso el paso del siglo XX al XXI y del segundo milenio al tercero de nuestra era. Eso hizo que, para muchos supusiese un punto de inflexión. Entre ellos, la Organización de Naciones Unidas (ONU), cuya Asamblea aprobó ese año la Declaración del Milenio.
La Declaración del Milenio trata de reflejar cómo debería ser el mundo en el futuro: más justo, más próspero y más pacífico. En ella hay una hoja de ruta para lograrlo basada en los 8 Objetivos del Milenio (ODM). Estos son:
- Erradicar la pobreza extrema y el hambre en el mundo.
- Conseguir que todas las personas tengan acceso a la educación básica.
- Ofrecer las mismas oportunidades a mujeres y hombres.
- Reducir la mortalidad infantil.
- Incrementar la salud de la mujer en la maternidad.
- Avanzar en la lucha contra el SIDA y el resto de enfermedades todavía sin cura.
- Garantizar un medioambiente seguro y sano.
- Lograr una sociedad global para el desarrollo.
Evidentemente, esta es una síntesis de los 8 ODM. En la Declaración del Milenio, la ONU especificó una serie de parámetros e indicadores cuantificables con el propósito de medir los logros alcanzados. Además, fijó un año para efectuar la primera medición, que fue 2015.
Ninguno de los ODM se alcanzó en 2015. Sin embargo, resulta innegable que se avanzó bastante en la materia durante los primeros 15 años del nuevo milenio. Por ejemplo, se redujeron en dos terceras partes el número de niños y niñas no matriculados en preescolar. También se calcula que se salvaron las vidas de 48 millones de niños y niñas menores de 5 años y que hasta 700 millones de personas salieron de la pobreza extrema.
Los ODS: Objetivos de Desarrollo Sostenible
Muchos países, ya fuese de forma individual o a través de la comunidad internacional, trabajaron duramente para avanzar en los ODM. Sin embargo, con motivo de la celebración del 20º aniversario de la Cumbre de la Tierra de 1992 en 2012, prácticamente todos ellos tuvieron que admitir que no habían dado pasos hacia delante en materia de protección al medioambiente.
Es por eso que, en esa nueva Cumbre de la Tierra, se fijaron los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible y se fijó una nueva fecha para su consecución: 2030. En concreto, son estos:
- Erradicar definitivamente la pobreza.
- Evitar que cualquier persona pase hambre.
- Garantizar la salud y el bienestar de la humanidad.
- Brindar acceso a una educación de calidad.
- Alcanzar la igualdad de género.
- Proporcionar agua limpia y saneamiento a todas las personas.
- Utilizar energía asequible y no contaminante.
- Buscar el crecimiento económico a través de condiciones de trabajo dignas.
- Invertir en industria, innovación e infraestructuras.
- Reducir las desigualdades entre personas y colectivos.
- Crear ciudades y comunidades sostenibles.
- Producir y consumir de forma responsable.
- Llevar a cabo acciones por el clima.
- Proteger la vida submarina.
- Preservar la vida de los ecosistemas terrestres.
- Trabajar por la paz y la justicia.
- Fomentar las alianzas para alcanzar los objetivos.
Seguro que te has dado cuenta que los ODS no solo hacen referencia a objetivos relacionados con el medioambiente. Esto se debe, principalmente, a que la comunidad internacional tuvo un enfoque holístico a la hora de marcarlos. Por ello, aunque no tengan nada que ver a simple vista, sí que repercuten directamente en él.
Además, los ODM estaban especialmente enfocados a los países en vías de desarrollo. Sin embargo, los ODS son aplicables a todas las naciones del mundo. También se ha modificado la forma de cuantificarlos. Por ejemplo, es posible seguir su evolución a través del Informe SDG Index de SDSN y del elaborado por la Fundación Bertelsmann. Este último es publicado anualmente por la Red Española de Desarrollo Sostenible.
Alabanzas y críticas a los ODM y los ODS
Evidentemente, tanto los ODM como los ODS han estado sujetos a críticas desde que fueron formulados. Las más reseñables destacan que fueron, simplemente, un compromiso vacío para el que no se han destinado esfuerzos. Es decir, una acción “de cara a la galería”. La pobreza sigue existiendo en unos niveles alarmantes y el cambio climático es una realidad que ya empezamos a vislumbrar.
Sin embargo, las alabanzas superan con creces a estas críticas que acabamos de comentar. Por ejemplo, sintetizar en 8 objetivos los grandes retos a los que se enfrentaba la humanidad en el año 2000 y en 17 en el año 2012 sirvió para crear conciencia. De hecho, permitió pasar de lo abstracto a lo concreto para crear un mensaje que llegó y caló en gran parte de la población mundial.
Por su lado, la sencillez y simplicidad de estos objetivos permitieron atraer la atención global y crear un mensaje universal que fuese entendido por cualquier persona sin importar su país de residencia o su lengua nativa. A esto hay que sumar también que fue la primera vez en la historia que se establecieron herramientas que permitían cuantificar el progreso de la humanidad en asuntos tan relevantes como la educación, la salud, la igualdad y el medioambiente.
Por último, no podemos obviar tampoco que, desde la publicación de los ODM y de los ODS, las alianzas entre países pobres y ricos ha crecido exponencialmente. Esto debe entenderse como un cambio de mentalidad respecto al pasado en el que se asume que los objetivos globales solo se pueden conseguir mediante la colaboración y el trabajo en equipo.
Esperamos haberte ayudado a entender la diferencia entre los ODM y los ODS. Seguro que, a partir de ahora, eres capaz de reconocerlos siempre que escuches hablar de ellos.