La importancia de cuidar de nuestros bosques
Raro es el día, sobre todo en verano, que no nos levantamos de la cama con la noticia de que un bosque está ardiendo. Esto es especialmente palpable en la zona del Amazonas. La región selvática más grande del mundo, debido a las políticas del actual gobierno de Brasil, se encuentra en una situación crítica. Pero su preservación es fundamental para la vida. Aquí queremos ahondar en por qué es tan importante cuidar y proteger nuestros bosques.
Los efectos de destruir los bosques del planeta
Pero no solo el Amazonas se está viendo afectado por la incapacidad del ser humano de comprender la importancia de proteger los bosques. También lo vimos a principios de año en Australia. Una ola de incendios dejó unas imágenes desoladoras y unas pérdidas naturales de valor incalculable. Pero, si profundizamos en la materia dando datos, podemos comprender mejor el impacto que tiene su destrucción.
Un daño irreversible para la flora y la fauna
Se calcula que, aproximadamente, el 70 % de las especies animales salvajes que pueblan la Tierra viven en bosques. Evidentemente, estos son los lugares en los que se encuentran integrados dentro de su ecosistema. Al talar o quemar los árboles, son incapaces de sobrevivir, lo que puede dar lugar a varios problemas.
El primero de ellos es la desaparición de esas especies, lo que provoca un desequilibrio de fuerzas y que algunas nocivas para la salud proliferen. La otra es el mayor contacto del ser humano con la vida silvestre. Al perder su entorno, la fauna tiene que salir de los bosques para alimentarse.
No hay que irse muy lejos para entender la importancia de evitar que el ser humano entre en contacto con la fauna silvestre. No hay que olvidar que la COVID-19, enfermedad que ha provocado una devastadora pandemia a nivel mundial durante este 2020, es el resultado de una zoonosis. Es decir, de la transmisión de un virus entre un animal y una persona.
Los bosques generan el oxígeno que necesitamos para respirar
Los árboles de los bosques son la principal fuente de oxígeno que tienen los seres humanos y todos los animales en general. Pero no solo eso. También lo elaboran a partir del dióxido de carbono que absorben del ambiente. Y, como bien sabrás, el CO2 es muy perjudicial para la salud.
No olvides que el CO2 es el principal gas de efecto invernadero. De hecho, su emisión es la responsable de que se estén elevando las temperaturas medias de la Tierra y de que estemos asistiendo a la pérdida de los casquetes polares. A medio plazo, esto puede suponer un auténtico desastre.
Por ejemplo, expertos en medio ambiente aseguran que, en un futuro no tan lejano, el Amazonas puede acabar adquiriendo la misma apariencia de la Sabana africana. Es decir, es posible que termine siendo un desierto. Eso supondría la emisión de 140 mil millones de toneladas de CO2 a la atmósfera. Una cifra inasumible y que provocaría el incremento de la temperatura terrestre en varios grados. Los suficientes como para modificar por completo nuestro clima a nivel global.
Previenen inundaciones
Los arboles tienen la capacidad de retener el agua en el terreno y, por ende, evitan que se produzcan inundaciones en los núcleos urbanos. Por ello, es imprescindible que estos no se construyan sobre terrenos de bosque y que cuenten con uno que los proteja ante este tipo de inclemencias meteorológicas.
Reducen la contaminación acústica
Los árboles también actúan como pantalla para el sonido. De hecho, si alguna vez has visitado una casa de campo situada en mitad de un bosque, te habrás dado cuenta de que el silencio es muy profundo y relajante.
Sirven para purificar el agua
Efectivamente, cuando las raíces de los árboles absorben el agua, eliminan gran parte de sus impurezas. Lo mismo sucede cuanto esta es absorbida sobre el terreno que ocupan los bosques. Y es que no solo retienen los nutrientes que necesitan, sino también otras sustancias que pueden ser perjudiciales para la vida.
Sirven para determinar y controlar la dirección del viento
A veces, la manera más sencilla de saber en qué dirección sopla el viento es echar un vistazo a las copas de los árboles. Pero, además, los árboles amortiguan su impacto sobre los núcleos urbanos. El viento no solo puede resultar molesto para las personas, sino que también tiene la capacidad de generar daños materiales y físicos en este tipo de lugares. Solo tienes que pensar en los efectos de las ventiscas y de los huracanes, por ejemplo.
Preservar los bosques es un objetivo primordial
Debemos ser conscientes de que, si eliminamos los bosques de la faz de la Tierra, la supervivencia de los seres humanos será imposible. Los niveles de oxígenos se reducirán, los de dióxido de carbono crecerán hasta valores insostenibles y la temperatura media del planeta crecerá tanto que no podremos subsistir. Por todo ello, debemos empezar a cuidarlos ya.