Las baterías llegan a la industria de las energías renovables
La renovable es el futuro, pero también el presente. De hecho, almacenar la obtenida a través de ella en baterías de iones de litio se ha convertido en algo fundamental. Un hecho impensable hasta hace no demasiado tiempo debido al alto coste que tenían. Las centrales que más se están aprovechando de este adelanto son, sin duda, las eólicas, las fotovoltaicas y las híbridas.
La necesidad de almacenar energía
No es algo nuevo ni de lo que nunca hayamos oído hablar, sobre todo, en lo referente a energías renovables. El motivo es simple. Las centrales fotovoltaicas necesitan sol, mientras que las eólicas precisan de viento. Y, evidentemente, no todos los días las condiciones son favorables. Eso es lo que realmente marca la necesidad de almacenar la producida cuando la situación climática es la idónea con el propósito de abastecer la demanda cuando no sea así.
Por ejemplo, esto es algo que se lleva haciendo en las centrales hidroeléctricas desde hace tiempo. En ellas es habitual almacenar, al menos, la fuerza para activar los electrones y así evitar que cese la producción de energía eléctrica.
Pero hay otro aspecto a tener en cuenta. Tradicionalmente, el nivel de producción ha respondido a la demanda existente. Sin embargo, cuando hablamos de energía eólica o solar, no es posible sincronizar la producción con el abastecimiento. Es decir, los tiempos de consumo no suelen coincidir con los de generación. Algo que dificulta bastante la tarea de usarlas como recurso exclusivo.
¿La solución? No queda más remedio que buscar sistemas que permitan el almacenamiento de la energía para poder usarla a posteriori. Es ahí cuando entran en juego las baterías.
La importancia de las baterías para la conservación de las energías renovables
El coste de las baterías se ha reducido de forma muy notable a lo largo de los últimos años. Tanto, que su implantación en el ámbito industrial ya ha sido posible. Como es obvio, el sector de las energías renovables, por todas las características que hemos comentado anteriormente, ha sido una de las más beneficiadas.
Además, la demanda crece al mismo ritmo que lo hace la producción de electricidad a través de fuentes renovables, lo que también ayuda a disminuir los precios. Por ejemplo, si en 2016 la generación de suministro a través de este tipo de energía se situó en los 165 GW, se espera que en 2022 llegue a los 920 GW. Un crecimiento del 550 % en solo 6 años.
Por su parte, IRENA (Agencia Internacional de Energías Renovables), asegura que, para 2030, las necesidades de almacenamiento de electricidad en centrales hidroeléctricas serán de 325 GW, mientras que las realizadas mediante baterías crecerán hasta los 150 GW.
Ante ese desafío, el Banco Mundial no se ha quedado de brazos cruzados. Con el propósito de permitir la implantación de esta tecnología en los países en vías de desarrollo, ha establecido el programa ‘Aceleración del Almacenamiento de Energía en Baterías como Instrumento de Desarrollo’.
Se trata de una institución de carácter financiero que se ha marcado por objetivo facilitar el acceso a 17,5 GW de espacio de almacenamiento de energía a través de baterías para 2025. Casi cuatro veces más del disponible actualmente en esas naciones. Una inversión que, según cifras oficiales, llegará a los 1000 millones de dólares, aunque se espera que los sectores públicos y privados colaboren aportando otros 3000 millones adicionales.
La importancia de la batería para los países en vías de desarrollo
Solo hay que recordar la experiencia previa aportada por Omexom en lo que respecta a las centrales fotovoltaicas en África. En este sentido, para un mejor aprovechamiento de la electricidad generada en un continente con tantos días de sol al año, contar con un sistema de almacenaje como el ofrecido por las baterías se antoja fundamental. Sobre todo, si se tiene en cuenta que muchas de esas centrales ni siquiera están conectadas a una red nacional.
Sin embargo, no es la única solución. También podemos hablar de proyectos que han logrado llevar energía eléctrica con regularidad a zonas aisladas a través de grupos electrógenos. Sin embargo, las baterías suponen una alternativa más eficaz y cómoda.
Además, las baterías se pueden utilizar sin problema para optimizar el funcionamiento de esos grupos electrógenos que mezclan combustibles fósiles con energía solar para funcionar. Esto se debe, fundamentalmente, a su naturaleza multifuncional. Además, el transporte del fuel también tiene un elevado coste económico. Tanto, que resulta inasumible para muchas de las comunidades a las que hacemos referencia.
En definitiva, el uso de baterías de iones de litio ha supuesto un antes y un después para la industria en torno a las energías renovables gracias al abaratamiento de su coste. Un hecho que se ha traducido en que, hoy en día, la inversión en ellas se pueda amortizar en solo 10 años. Un paso más para alcanzar un mundo más sostenible.