Reciclaje de chatarra: hay oro en nuestros residuos
La cuestión del reciclaje de la chatarra es de vital importancia para nuestra sociedad. Hay que saber que el reciclaje de los residuos comienza en nuestras casas. En efecto, no es una obligación de la que hay que deshacerse. Esta es una de las principales preocupaciones de las que todos debemos ocuparnos. Los residuos son hoy un recurso económico y estratégico.
Reciclaje de chatarra: entender para actuar mejor
La reindustrialización de los países europeos es una prioridad. En efecto, la crisis del Coronavirus ha causado muchos daños en todos los sectores industriales y, en particular, en el precio de las materias primas. Hay que decir que el mercado todavía no está suficientemente respaldado por las políticas. Sin embargo, el reciclaje de chatarra ya es una industria ecológica, limpia y sostenible. Por ejemplo, la chatarrería de Valencia ya recicla todos sus residuos.
En una chatarra, es posible encontrar diferentes tipos de residuos como el acero triturado, los coches desguazados, los electrodomésticos que ya no funcionan, las cajas metálicas, etc. Hay que tener en cuenta que más del 60 % de los residuos reciclados son reutilizados por las fábricas de acero.
Reciclaje de chatarra: grandes intereses
El interés principal del reciclaje de la chatarra es que el acero producido consume mucha menos energía que la necesaria para extraer los metales de las minas. Efectivamente, la extracción de minerales en bruto requiere el uso de mucha electricidad.
Al reciclar, se ahorra una gran cantidad de energía para obtener hierro. La extracción es un método perjudicial para el medio ambiente, mientras que el reciclado protege todos nuestros ecosistemas y obtenemos los mismos resultados para nuestras necesidades cotidianas.
Reciclaje de chatarra: varias vidas para nuestros metales
Por último, hay que comprender que el reciclaje de la chatarra debe comenzar en nuestro hogar. Así que tenemos que empezar a ordenar nuestros basureros antes de que lleguen al basurero. A continuación se recogerán y transportarán a centros de tratamiento específicos. En estos centros, los residuos se clasificarán de nuevo. Esta segunda clasificación permitirá a los profesionales elegir los metales con mayor precisión.
Posteriormente se triturarán, laminarán y limpiarán para su reutilización. Tendrán que fundirse en hornos a muy alta temperatura antes de transformarse en materia prima. De hecho, se convertirán en bobinas que luego se utilizarán para crear nuevos productos.