La agricultura ecológica, una opción en auge y sostenible
Seguro que, en alguna ocasión, has oído hablar del concepto de agricultura ecológica. Puede que haya sido al comprar fruta y verdura en el supermercado o, simplemente, manteniendo una conversación con los amigos. Pero ¿sabes exactamente qué es y qué beneficios reporta respecto a la agricultura convencional? Aquí te lo explicamos.
¿Qué es la agricultura ecológica?
Desde Grupo Iñesta nos explican que “la agricultura ecológica es un sistema de gestión y producción agrícola que se preocupa en mejorar la salud de los ecosistemas mediante el uso de buenas prácticas y la adaptación a las características locales de estas”. Con eso se consigue mejorar y mantener la biodiversidad, la actividad natural del suelo y, en consecuencia, los ciclos biológicos en general.
Uno de los actos más significativos ligados a la agricultura ecológica es la no utilización de pesticidas ni fertilizantes sintéticos, así como el rechazo de las semillas modificadas genéticamente. También se evita el uso de conservantes, aditivos y de cualquier técnica de irradiación. En su lugar, se trabaja en la fertilización del suelo a largo plazo y en la prevención de plagas de manera natural.
Principales beneficios de la agricultura ecológica
Podríamos resumir las ventajas y beneficios de la agricultura ecológica del siguiente modo:
- Suelos sanos. La tierra carente de pesticidas y fertilizantes sintéticos posee 10 veces más bacterias útiles y el triple de diversidad. Además, la fertilización orgánica favorece una mejor circulación del agua y un mejor crecimiento de las raíces.
- Sin riesgos para la salud. Dichos pesticidas y fertilizantes químicos tienen impacto negativo sobre la salud de los seres humanos cuando se introducen al organismo a través de la ingestión. Los orgánicos, no.
- Preservación de la fauna. Del mismo modo, los animales que se alimentan de las plantas tampoco sufren en sus carnes esos efectos tóxicos y nocivos.
- Menor gasto de agua. Los cultivos ecológicos requieren de menos agua y, además, al no contaminarse con sustancias tóxicas, se mantiene en mejor estado.
- Es buena para el medio ambiente. De hecho, la agricultura ecológica evita la emisión de dióxido de carbono, óxido nitroso y metano a la atmósfera, que son los tres principales gases responsables del efecto invernadero y del calentamiento global.
- Mayor biodiversidad. Es normal por el tipo de técnicas empleadas. Pero, además, este incremento tiene otro beneficio paralelo, que no es otro que el de una mayor resistencia de los cultivos a las enfermedades.
En definitiva, la agricultura ecológica supone un retroceso enfocado a deshacer un camino que ha tenido un impacto muy negativo en el planeta y en la salud. A veces, es necesario dar un paso atrás para coger impulso de nuevo.